¿Aurora boreal o aurora austral?
"Aurora" es el nombre de una deidad romana (el equivalente a la diosa griega Eos), hermana del Sol y de la Luna, y que simboliza la llegada del día, el amanecer. Este nombre se usa para nombrar varias cosas: para un arbusto, para un sustantivo propio y para los bellos juegos de luces que se aprecian en el cielo cerca de los polos magnéticos terrestres. ¿Qué causa este magnífico espectáculo? ¿Y por qué hay una aurora boreal y una aurora austral?
La verdad, la aurora boreal y la austral reciben distinto nombre debido a su ubicación: la aurora boreal tiene lugar el hemisferio norte y la austral en en hemisferio sur, pero si olvidas cuál es cuál, puedes llamarlas simplemente auroras polares (hablando en general) o luces del norte. La razón por la que las primeras son más famosas es porque hay más asentamientos humanos en el polo norte que en el sur.
Las auroras polares solamente se presentan en los polos porque el campo magnético es más débil.
Las auroras se producen a consecuencia de las partículas del viento solar (se le llama así a la corriente de partículas provenientes del Sol) que son atraídas a los polos, describen un arco y atraviesan la atmósfera chocando contra sus átomos. Los colores verde y amarillo se aprecian gracias a la acción del oxígeno, mientras que los azulados y rojizos se observan debido al nitrógeno (hay que recordar que el aire que respiramos es 78% nitrógeno, 21% oxígeno y 1% otros gases). Además, está demostrado que las auroras emiten sonidos similares al de pisar una hoja seca, pero son inaudibles para nosotros, ya que se producen a casi 70 km de altura.
Lo más impresionante es que no sólo hay auroras en el planeta Tierra, gracias a la sonda espacial Voyager 1 y al telescopio espacial Hubble, se descubrió que también el viento solar interactúa con los campos magnéticos de Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, generando auroras.
Es increíble la manera en la que factores como el viento solar, la atmósfera y el campo magnético se unen para formar uno de los espectáculos más maravillosos que se pueden vivir. Ahí va un punto más en la lista de cosas por las que le tenemos que agradecer a nuestro valiosísimo campo magnético. Y tú, ¿has podido presenciar una aurora?
Hasta la próxima
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